Si tienes la suerte de contar con una piscina en casa, seguramente lo usas a diario en este verano. Relajarse en ellas después del trabajo es genial ¿pero te imaginas que se pudieran mejorar con una cascada de agua? Elementos relajantes y estéticos a partes iguales que darán un toque diferente a tus exteriores. Hay muchas opciones en este punto, desde cascadas en roca, con aspecto natural, hasta los típicos cuellos de cisne que vemos en un spa. Te damos algunas ideas que pueden venirte muy bien si estás pensando en añadir una cascada tu piscina.
Si tu piscina está ubicada en un patio o cuenta con una pared cerca, una opción interesante es incorporar una cascada de agua en la pared. Este tipo de cascadas son complicadas de instalar, pues deben de empotrarse a la pared, por lo que siempre será imprescindible contar con un profesional que pueda instalarnos el sistema correctamente. Como ventaja, evidentemente la parte estética nos gusta, una cortina de agua que cae directamente al agua y que sale, de forma casi mágica, por nuestra pared.
Si tu piscina no cuenta con una pared cerca, pero te encanta la solución anterior, siempre puedes contratar a un albañil para que pueda levantar, desde cero, un pequeño muro. Este muro será aprovechado para colocar el mismo sistema de cascada del caso anterior. La principal ventaja es que al ser un muro que construimos a posteriori, la instalación del sistema de cascada es mucho más sencilla, aunque evidentemente nunca debemos prescindir de una empresa especializada para no tener problemas después.
Quizá nuestra piscina esté cerca del hall. Lejos de ser una desventaja, en este caso puede ser una gran opción para incluir la cascada en la estructura. En este caso, es importante que el agua no salga con mucha presión, sobre todo si el nacimiento de la cascada lo colocamos a una gran altura, pues además de las incómodas salpicaduras fuera de la piscina, puede resultar molesto pasar por debajo.