Autor del Centro Cultural de Belém, en Lisboa y coautor de la remodelación del Estadio Olímpico de Montjuic del anillo olímpico de Barcelona, falleció el sábado a los 92 años en Milán.
La primera víctima célebre del coronavirus en Italia ha sido el nonagenario arquitecto Vittorio Gregotti, autor de la mayor infraestructura expositiva construida en Portugal, el Centro Cultural de Belém en Lisboa (1992); de barrios enteros -como el universitario Bicocca en Milán; de la ampliación de varios estadios de fútbol como el Olímpico de Montjuich, (1989) -donde colaboró con Correa-Milá-Margarit y Buxadé- y de teatros como el Degli Arcimboldi en Milan (1997) o el Lírico de Aix-en-Provence (2003).
Gregotti, que murió el sábado en Milán cuando una pulmonía se agravó al contraer el coronavirus, fue también un célebre ensayista –El territorio de la arquitectura- y dirigió la revista Casabella durante casi una década. En el año 1972 escribió que el papel comunicador de la arquitectura había sido rebasado por instrumentos más rápidos y eficaces y por eso defendió una idea paradójica de su oficio como medio para fijar la memoria y, a su vez, como medio transformador para apoyar a la sociedad. Que el proceso de transformación es el que construye la historia lo demostró en intervenciones que actualizaban edificios del pasado -como el propio Estadio de Montjuic, que mantuvo tres de las fachadas originales de 1929 pero rebajó la cota 11 metros para poder aumentar el aforo- o cubriendo y ampliando el Luigi Ferraris de Génova –el más antiguo de Italia, levantado en 1911- para acoger el mundial de fútbol de 1990.
Esa “transformación que construye” está también presente en edificios que supieron cambiar y alterar su uso, como el propio Centro Cultural de Belém –cuyo concurso ganó con el estudio Atelier Risco- pensado inicialmente para acoger la Presidencia Europea de 1992 y que hoy -con un centro de artes escénicas, salas de exposiciones y un palacio de congresos- es el mayor centro cultural de Portugal.
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